¿POR QUIEN MURIO CRISTO? V

Por ultimo, termino esta serie con el Teólogo Luís Berkhof, Tomado de su magna Obra de Teología Sistemática. este es un resumen donde trata el tema del pacto de Gracia, le invito a leer su obra, que no está demas decir que es exelente.

En resumen, parece seguro decir que la teología Reformada considera al pacto, no esencialmente como medio que sirve a un fin, sino como un fin en sí mismo, una relación de amistad ; que ante todo no representa e incluye ciertos privilegios externos, una lista de promesas ofrecidas al hombre, un bien que solamente se le ofrece ; sino que fundamentalmente es la expresión de bendiciones concedidas gratuitamente, de privilegios acrecentados por la gracia de Dios con propósitos espirituales, de promesas aceptadas por una fe que es regalo de Dios, y de un bien ejecutado, al menos en principio, mediante la operación del Espíritu Santo en el corazón. Y porque la teología Reformada consideró que todo esto estaba incluido en la idea de pacto, y las bendiciones de pacto se cumplen solamente en aquellos que están verdaderamente salvos, insistió ella en el hecho de que el pacto de gracia fue establecido entre Dios y los elegidos. Pero al hacerlo no tuvo la intención de negar que el pacto tiene también un aspecto más amplio.

El Dr. Vos dice con referencia a este concepto: "Apenas será necesario decir que con todo esto no se da a entender que la administración del pacto tuviera su origen en la elección, ni tampoco que los que no son elegidos estén excluidos de toda participación en esta administración del pacto. Lo que en realidad significa es que de la fortalecida conciencia del pacto debe desarrollarse la certidumbre de la elección : que por medio de la administración completa del pacto y también de las promesas absolutas y amplísimas de Dios, tal como proceden de la elección, esta elección debe nacer en la mente en relación tanto con la Palabra como con los sacramentos ; y que, finalmente, la esencia del pacto, en su completa realización se encuentra solamente en los hijos verdaderos de Dios y, por tanto, el pacto no puede ser más amplio que la elección. Debe prestarse atención especial al segundo punto. Además de lo dicho añadiremos que en dondequiera que el pacto de Dios se administra, hay allí un sello con este contenido: Suponiendo que la fe esté presente usted debe estar seguro de su derecho a todas las bendiciones del pacto, decimos que siempre hay un solemne testimonio y sello de que Dios cumplirá todo el contenido del pacto en los elegidos".

La idea de que el pacto se realiza por completo sólo en los elegidos es una idea perfectamente bíblica como se ve por ejemplo, en Ter. 31: 31-34; Heb. 8: 8-12. Además está alineada completamente con la relación que el pacto de gracia mantiene con el pacto de redención. Si en este último Cristo se convierte en Fiador tan sólo de los elegidos, entonces la sustancia real del primero también debe limitarse a ellos. La Escritura acentúa firmemente el hecho de que el pacto de gracia, a diferencia del pacto de obras, es un pacto inviolable en el que las promesas de Dios siempre se cumplen, Isa. 54: 10. Aquí queda descartada toda condicionalidad porque de no ser así el pacto de gracia perdería su característica especial, administrándose de la misma manera que el pacto de obras. Sin embargo, esta incondicionalidad es uno de los puntos más importantes en que el pacto de gracia se distingue del de obras, en que ya no depende de la incierta obediencia del hombre, cumplirán, pero todavía tenemos que preguntar si en la estimación de aquellos teólogos Reformados todos los no elegidos están fuera del pacto de la gracia en el sentido absoluto de la palabra. Brakel prácticamente toma esta posición, pero no queda en línea con la mayoría.

Aquellos teólogos comprendieron bien que un pacto de gracia que incluya absolutamente a los elegidos nada más, tendría que ser del todo individual, en tanto que el pacto de gracia se presenta en la Escritura como una idea orgánica. Se dieron perfecta cuenta del hecho de que, según la revelación especial de Dios, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento el pacto como un fenómeno histórico se perpetúa en generaciones sucesivas e incluye muchos en quienes el pacto de vida jamás tiene efecto. Y siempre que quisieron incluir este aspecto del pacto en su definición lo expresaban diciendo que se estableció con los creyentes y su descendencia. Sin embargo, debe recordarse que la explicación de esta segunda parte en el pacto no implica que el pacto se estableciera con los hombres en su calidad de creyentes, puesto que la fe en sí misma es fruto del pacto. Dice correctamente el Dr. Bavinck: "Mas el pacto de gracia precede a la fe. La fe no es una condición hacia el pacto, sino en el pacto; es la manera de obtener la posesión de, y de disfrutar todas las otras bendiciones del pacto".

La descripción "los creyentes y su descendencia" sirve únicamente como una designación práctica, conveniente, de los límites del pacto. El problema de armonizar estos dos aspectos del pacto lo trataremos posteriormente. El pacto de gracia puede definirse como aquel convenio de gracia entre Dios ofendido y el pecador ofensor pero elegido, en el que Dios promete salvación por medio de la fe en Cristo, y el pecador acepta esta salvación por la fe, comprometiéndose a una vida de confianza y de obediencia.

bY LeMS

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“Cualquier hombre que piensa que es cristiano y que ha aceptado a Cristo para la justificación sin haberlo aceptado al mismo tiempo para la santificación, se halla miserablemente engañado en la experiencia misma”

Archibal A. Hodge

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