Las Obras de Providencia III

Seguimos esta serie de las Obras de Providencia de la mano del Gran Teologo Luis Berkhof. Según la definición dada por Berkhof de providencia, contiene tres elementos: Preservación, Concurrencia o Cooperación y Gobierno. Hoy hablaremos sobre la Preservación…

LA PRESERVACIÓN

BASES PARA LA DOCTRINA DE LA PRESERVACIÓN.

Para la doctrina de la preservación tenemos pruebas tanto directas como inferenciales.

1. Pruebas Directas. La preservación divina de todas las cosas se enseña clara y explícitamente en diversos pasajes de la Escritura. Los siguientes son apenas algunos de los muchos pasajes que podrían mencionarse: Deut. 33: 12, 25-28; I Sam 2: 9; Neh. 9: 6; Sal. 107: 9; 127: 1; 145: 14, 15; Mat. 10: 20; Hech. 17: 28; Col. 1: 17; Heb. 1: 3. Son muy numerosos los pasajes que hablan del Señor como el que preserva a su pueblo, por ejemplo, Gen 28: 15; 49: 24; Ex 14: 29, 30; Deut. 1: 30, 31; II Crón. 20: 15, 17; Job 1: 10; 36: 7; Sal. 31: 20; 32: 6; 34: 15, 17, 19; 37: 15, 17, 19, 20; 91: 3, 4, 7, 9, 10, 14; 121:3, 4, 7, 8; 125:1, 2; Isa. 40: 11; 43:2; 63:9; Jer. 30:7, 8, 11; Ezeq. 34: 11, 12, 15, 16; D an. 12: 1; Zac. 2: 5; Luc. 21: 18; I Cor. 10: 13; I Pedro
3: 12; Apoc. 3: 10.

2. Prueba inferencial. La idea de la preservación divina se deduce de la doctrina de la soberanía de Dios. La soberanía únicamente puede concebirse como absoluta; pero no sería absoluta si existiera u ocurriera alguna cosa fuera de la voluntad divina. La soberanía de Dios únicamente puede sostenerse sobre la condición de que todo el universo y todo lo que hay en él, incluyendo al ser y la acción, dependen absolutamente de Dios. Se deduce también la soberanía de Dios del carácter dependiente de la criatura. Es característico de todo lo que es criatura, no poder continuar su existencia por medio de su propio poder inherente. La criatura tiene la base de su ser y de su continuación en la voluntad de su Creador. Solamente el que creó el mundo mediante la palabra de su potencia puede sostenerlo por medio de su omnipotencia.

LA CONCEPCIÓN ADECUADA DE LA PRESERVACIÓN DIVINA


La doctrina de la preservación proviene de la hipótesis de que todas las sustancias creadas, sean espirituales o materiales, poseen existencia real y permanente, distinta de la existencia de Dios, y tienen únicamente las propiedades activas y pasivas que han derivado de Dios; y de que sus potencias activas tienen una verdadera, y no sólo aparente eficiencia como segundas causas, de tal manera que son capaces de producir los efectos propios de ellas. Así es como esta doctrina no s sirve de guardia en contra del panteísmo con su idea de una continua creación, que disimulada, si no siempre declaradamente, niega la existencia distinta del mundo, y hace a Dios un mero agente en el universo. Pero la doctrina de la preservación divina no considera a las sustancias creadas como existentes por sí mismas, puesto que la existencia propia es exclusiva propiedad de Dios, y todas las criaturas tienen la base de su existencia continua en Dios, y no en ellas mismas.
De esto se sigue que continúan existiendo no en virtud de un m ero acto negativo de Dios, sino en virtud del ejercicio positivo y continuado del poder divino. El poder de Dios aplicado a sostener todas las cosas es tan positivo como el que ejerció en la creación. La naturaleza precisa de su obra en sostener todas las cosas tanto en su ser como en su acción, es un misterio, aunque debe decirse que, en sus operaciones providenciales, El se acomoda a la naturaleza de sus criaturas.
Con Shedd decimos: "En el mundo material Dios actúa inmediatamente en y por medio de leyes y propiedades materiales. En el de la mente, Dios actúa inmediatamente y por medio de las propiedades mentales. La preservación nunca corre en sentido contrario de la creación. Dios no viola en su providencia lo que ha establecido en la creación" La preservación puede definirse como aquella obra continua de Dios por medio de la cual El mantiene las cosas que creo, juntamente con la propiedades y poderes con que El las doto.

CONCEPCIONES ERRÓNEAS DE LA PRESERVACIÓN DIVINA

La naturaleza de esta obra de Dios no siempre se entiende adecuadamente. Hay dos puntos de vista de ella que debemos evitar:

1. El que es puramente negativo. Según el deísmo la preservación divina consiste en que Dios no destruye la obra de sus manos. Por virtud de la creación Dios dotó a la materia con ciertas propiedades, la colocó bajo leyes invariables, y luego la dejó deslizarse por sí misma, independientemente de todo sostén o dirección externa. Esta es una presentación sin base bíblica, irrazonable e irreligiosa. Es irrazonable, puesto que implica que Dios le comunicó subsistencia propia a la criatura, siendo que la propia subsistencia y la propia sustentación son propiedades incomunicables que caracterizan únicamente al Creador. La criatura jamás puede sostenerse por sí, y debe ser sostenida diariamente por el omnipotente poder del Creador. De aquí que no se requiera un acto positivo de la omnipotencia de parte de Dios para aniquilar las existencias creadas. El simple hecho de dejar de sostenerlas conduciría naturalmente a su destrucción. El concepto de la subsistencia propia de la materia es irreligiosa, puesto que desaloja a Dios a tan gran distancia de su creación que la comunión con El resulta prácticamente imposible. La historia testifica claramente al hecho de que tal concepto, uniformemente conduce a la muerte de la religión. Tampoco tiene base bíblica puesto que coloca a Dios completamente fuera de su creación, en tanto que la Biblia nos enseña en muchos pasajes que El no es únicamente trascendente sino también inmanente en las obras de sus manos.

2. Que es una creación continua. El panteísmo habla de la preservación como de una continua creación, de modo que las criaturas o causas secundarias tienen que concebirse desprovistas de real o continua existencia; pero recibiéndola por emanación en cada momento sucesivo de aquel misterioso Absoluto que se encuentra en la base secreta de todas las cosas. Algunos que no fueron panteístas tuvieron un concepto parecido de la preservación. Descartes puso la base para concebirla así, y Malebranche condujo este concepto al extremo más lejano consistente con el teísmo. Hasta Jonathan Edwards lo enseña incidentalmente en su obra sobre el Pecado Original, y fue así como estuvo peligrosamente a punto de enseriar el panteísmo. Un concepto tal de la preservación no deja lugar para las causas secundarias y por eso, necesariamente, conduce al panteísmo. Es contrario a nuestras in-tuiciones originales y necesarias que nos aseguran de que somos de verdad causas propias y determinativas de acción, y en consecuencia, agentes morales.
Además, hiere a las meras raíces de la libre agencia, de la responsabilidad moral, y del gobierno moral y, por tanto, de la religión misma. Algunos teólogos reformados también usan el término "creación continua";pero desde luego no tratan de enseñar la doctrina que estamos considerando.
Simplemente desean insistir en el hecho de que el mundo está sostenido por el mismo poder que lo creó. Atendiendo al hecho de que la expresión se presta a mal entendimiento es mejor evitarla.

bY LeMDS

Ver parte 4

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Comentar

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------
“Cualquier hombre que piensa que es cristiano y que ha aceptado a Cristo para la justificación sin haberlo aceptado al mismo tiempo para la santificación, se halla miserablemente engañado en la experiencia misma”

Archibal A. Hodge

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------